jueves, 18 de diciembre de 2014

Aromaterapia durante el embarazo y el parto II

Parte II

Espero que el anterior post AQUÍ fuera de vuestro agrado. En la parte que nos toca hoy, nos centraremos en el parto y post-parto. Indicaros también que si tenéis cualquier duda sobre la utilización de estos aceites, SIEMPRE CONSULTÉIS A UN TERAPEUTA PROFESIONAL.

Durante el parto, los aceites pueden resultar muy beneficiosos. Durante las primeras fases del parto, puedes “ intentar la relajación" (cuanto más relajada estés, mejor dilatarás). En estos casos los Aceites de Incienso, Geranio, Lavanda, Rosa o el Ylang-Ylang irán muy bien, siempre en un vaporizador (en caso de APRENSIÓN, utilizaremos aceite de Neroli ).




Cuando el niño esté a punto de nacer, los Aceites de Jazmín y Salvia Esclarea serán muy útiles ya que poseen propiedades Euforizantes, Analgésicas y Tonifican el Útero.
Aunque seguramente desees gozar de un parto aromático (en algunos hospitales ¡ni se lo menciones!), descubrirás que la mayoría de las esencias que más te gustan te resultarán repulsivas. En este caso ABSTENERSE DE UTILIZARLOS cuando empieces con el parto pues se ha demostrado que si el olor te disgusta aunque sea temporalmente, nuestro sistema nervioso central impedirá beneficiarse de sus propiedades.


CONSEJO: Recuerda que la Única Aromaterapia  que tu bebé necesita es el olor que emana de su MAMÁ y de las CARICIAS que ésta le prodiga, a los bebés les encanta sentir el tacto de las manos de su madre y disfrutan cuando se les aplica un masaje suave.    
                
Durante el período después del parto, puedes utilizar los aceites para que te reconforten, inhalando tu aceite esencial favorito, en un vaporizador, los aceites de Jazmín, Neroli, Rosa o Ylang-ylang te harán sentirte especial.



Si tienes problemas con la leche, aplícate unas compresas de Hinojo o Lemongrás sobre el pecho, pero ELIMINA CUALQUIER RESIDUO DE ACEITES ANTES DE DAR DE MAMAR A TU HIJO, NUNCA PERMITAS QUE TU HIJO INGIERA UN ACEITE ESENCIAL.
Espero que este post os haya gustado tanto leerlo como a mí escribirlo.

Un saludo,
Lorena.