Relacionada
a través del nombre y la leyenda con el Arcángel Rafael.
La
leyenda cuenta, que fue el Arcángel quien enseñó a un monje el poder curativo
de la planta a través de un sueño para combatir los terribles efectos de la
peste; La Angélica a parte se ejercer unos efectos muy saludables sobre la Piel
también posee unos profundos Vínculos con la Iglesia Cristiana y se utiliza
desde hace mucho como un “poder protector contra el mal”.
Este
fin de semana me ha tocado ejercer de “Menciñeira” como se dice en mi tierra,
aunque algunas amigas y compañeras de profesión se empeñan en decirme “La
Hierbas” dada mi afición a recomendar siempre remedios naturales. Lo cierto es
que de vez en cuando se “dejan caer” por mis dominios (a entender, mi casa)
para, como dicen ellas empaparse de naturaleza y de paso ver en lo que ando
metida, es por eso mi post de ésta semana.
La
Hierba Angélica crece en un descampado cerca de mi casa y aunque desde niña
siempre la hemos utilizado en decocción e inhalando sus vahos (alivia la
congestión nasal, la tos, el catarro) lo cierto es que en los últimos años la
he estado usando para otros fines con muy buenos resultados (claro está, con un
poco de investigación previa).
A nivel estético, la Angélica podemos encontrarla
en cosméticos para pieles sensibles e intolerantes ya que contribuye a aclarar
cutis apagados y con mucha congestión, ayuda a la desaparición de espinillas y
su aceite esencial combinado con la Rosa Mosqueta y el Árbol de Té es ideal
para el tratamiento de la psoriasis.
Los masajes realizados con su aceite esencial son
fantásticos para estimular el Sistema Linfático, mejorando así el sistema
inmunológico, alivia el dolor muscular y el de las articulaciones (Reuma,
Artritis, Ciática).
NOTA IMPORTANTE: Debemos tener cuidado y no abusar
pues su exceso puede ser tóxico ya que
actúa como narcótico y ralentiza la circulación.
Otras usos que me encantan de esta planta es su uso
culinario, su FLOR azucarada a menudo se emplea en la decoración de tartas, en
infusión nos ayuda a combatir la indigestión, nauseas, cólicos, alivia la
cistitis, reduce el ácido úrico, alivia el dolor de cabeza y reduce el dolor de
muelas.
EN VOZ BAJA, mi amiga tan mística como es, se llevó
a casa un buen ramo, por aquello de “meigas
que haberlas hay las”.
¡Os espero en el próximo post!
Lorena.